La Conciencia Negra los 20 de noviembre, es una fecha icónica para la negritud regional. Refiere al reconocimiento de existencia de la cultura africana, su descendencia y manifestaciones culturales en el planeta, con sus especificidades étnico-raciales, su propia Historia y Memoria diaspórica. Más que una celebración, se considera un día de combate contra el racismo y de fomento de la defensa de los derechos humanos.
Es una conmemoración de suma importancia para las personas afrodescendientes y para todo sistema republicano y democrático que se precie de tal, y tenga entre sus miradas políticas la equidad social y el efectivo goce de los derechos de las poblaciones oprimidas desde los comienzos de las instituciones de gobierno.
Están vigentes aquellas ideas profundamente emancipadoras del Padre de los Pueblos Libres, el de la pública felicidad tan nombrada y en los hechos tantas veces olvidada.
El Espíritu que alimenta el sueño del País sin Exclusiones cuyas políticas estatales son pensadas para la equidad en todos sus aspectos en lo que tiene que ver con lo social.
Noviembre es el mes de la conciencia Negra porque Zumbi dos Palmares fue asesinado por colonos portugueses el 20 de noviembre de 1695 en Brasil. Y lo asesinaron porque buscaba la libertad de sus hermanas y hermanos africanos esclavizados. Zumbi dos Palmares era un cimarrón o sea un perseguido por escapar del yugo de sus amos esclavistas; capoeirista, estratega y luchador.
Líder del quilombo Palmares ubicado en la región del Nordeste de Brasil, uno de los territorios llamados quilombolas o palenqueros, más grandes de América. Se dice que Zumbi nació libre, pero que a los seis años fue capturado por los portugueses y entregado a un cura, quien lo bautizó con el nombre de Francisco. Años después, escapó y regresó al quilombo Palmares, en donde se convirtió en líder.
Zumbi fue traicionado y decapitado. Su cabeza se expuso ante todos, como símbolo de la derrota de los rebeldes. Eso le transformó en Mártir de la Causa Afro. Por eso ahora se conmemora ese día en Brasil y países vecinos y al ser hermanos de penurias con el flagelo de las invasiones, y luego de tanto machacar, se celebra en todas estas nuestras tierras invadidas y todo el mes, en honor a este líder africano universal que se sublevó por la libertad de los pueblos negros avasallados.
Quilombo de Palmares fue un territorio de resistencia o espacio de libertad, habitado por personas esclavizadas que habían huido de las plantaciones coloniales, situado entre los estados de Alagoas y Pernambuco, en el nordeste brasileño.
Durante el Día de la Conciencia Negra se fomenta la reflexión sobre el rol de la ciudadanía afrodescendiente a lo largo de la historia brasileña y de la región, incluida la actualidad. Más que una fiesta, se consideran tiempos de combate contra el racismo y de fomento de la defensa de los derechos humanos.
Si política es la tarea de cambiar la realidad sin violencia, y la aspiración nunca comada de tener una sociedad colectivamente disfrutable en democracia. Eso se comienza a lograr en gran medida con una reflexión conjunta resaltando estos hechos desgraciados y meditando cómo vencer las desigualdades enraizadas en las sociedades modernas casi orgullosas a veces de su racismo estructural y sistémico.
No perdamos la oportunidad de pensar en la discriminación racial y el racismo naturalizado a fin de hacer algo para revertirlos. Esta instancia como otras similares, sobre todo necesarias en términos de inclusión, son importantes para descubrir y combatir prejuicios, estereotipos, vicios del imaginario social, poniendo la mirada en lo étnico racial afro, ayudando a desterrar supremacías conservaduristas, en una sociedad fuertemente hegemónica y estructuralmente desigual.
En definitiva, estaríamos contribuyendo desde nuestros distintos lugares a transformar paulatinamente la cultura, haciéndola más inclusiva y plural. No es nada fácil, y aunque se legisle y se instrumenten normativas focalizadas, sabemos que son procesos, y solo podemos poner nuestro granito de arena en los mismos. Sin embargo, son sustanciales cada uno de estos pasos.
Seguramente cuesta mucho más cambiar las costumbres, que avanzar en la legislación o en las políticas. Por ende, trabajar en los cambios culturales, es fundamental.